Siete paseos para conocer Córdoba
Plaza del Potro
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Recorrido:
Al final de la Plaza, en el Triunfo de San Rafael, tomar a la izquierda por la calle Lineros.
Descripción:
La Plaza del Potro fue el centro comercial de la Baja Edad Media y comienzos del Renacimiento, frecuentada por comerciantes, arrieros, meretrices y pícaros. De su fama se hace eco Cervantes que la cita en el Quijote, como recuerda un azulejo colocado en la fachada de los museos. Sus dimensiones originales se redujeron con la construcción del Hospital de la Caridad. Se denomina así por la posada del mismo nombre y según otros por el potrillo que se colocó en la fuente al ser la plaza lugar de operaciones de los tratantes de ganado caballar y mular. También se ha llamado:
- Plaza de los Cordoneros, por los artesanos de este oficio que en ella vivieron
- Plaza de los Mesones, por los seis que en ella habían
- Plaza de la Espada, por la espada de taza colgada de una cadena en la fachada de una de sus casas
- Plaza de la Herradura, por varias herraduras pintadas en una tabla colocada en la fachada de otra de las casas
Fuente del Potro.
En 1577 durante el reinado de Felipe II, el corregidor Garci Suárez de Carvajal manda su construcción para mejorar el abastecimiento de agua del vecindario. De estilo renacentista consta de un pilón octogonal y una taza superior circular coronada con un piñón; un siglo después se adorna con el potrillo colocado en la parte superior que sujeta entre sus patas delanteras el escudo de armas de la ciudad. Se instaló en el extremo más próximo al río donde permaneció hasta 1847 que fue trasladada al lugar que ocupa junto a los museos.
Posada del Potro. En la Plaza del Potro, número 10, se conserva un "corral de vecinos" del siglo XV que ha funcionado como posada desde su construcción hasta el año 1972 en el que fue adquirida por el Ayuntamiento para restaurarla y dedicarla a usos culturales. Hubo seis posadas en la plaza y el mesón de la Madera fue el penúltimo en mantenerse hasta ser derribado en 1904 para abrir la plaza a la Ribera a través de la calle dedicada a Enrique Romero de Torres. La Posada del Potro es, por tanto, la única que se mantiene como testigo del estilo de alojamiento de los viajeros en siglos pasados. Destaca el patio central rectangular que tiene las cuadras y otras dependencias en la planta baja y en la planta alta está rodeado por una galería cubierta protegida por balaustrada y tejadillo de madera. El patio está empedrado con guijarro cordobés.
Centro Flamenco Fosforito
La Posada del Potro ha pasado a ser propiedad municipal y alberga desde el 2013 el Centro Flamenco Fosforito, dedicado a la interpretación, producción, investigación y difusión del flamenco. Con el empleo de paneles, pantallas interactivas, grabaciones, proyecciones, etc. en las salas de la planta baja se explican la historia del flamenco y sus principales figuras, los aspectos artísticos y técnicos de la guitarra, el cante y el baile flamenco. En la planta superior además de las dependencias administrativas, la mediateca flamenca y la Sala Forum para actuaciones, se dedica la sala principal a la figura de Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, nacido en Puente Genil (Córdoba) en 1932. En 1956, se presentó al I Concurso de Córdoba, obteniendo todos los premios. Seguidamente recorrió toda España con el espectáculo Festival de Cante Grande, como primera figura. Después trabajó en tablaos de Sevilla y Madrid, realizó grabaciones discográficas y giras por todo el mundo. Participa en los principales festivales flamencos donde ofrece recitales y conferencias. Es Premio Nacional de Cante y en 2005 recibió el galardón más importante que otorga el flamenco, la Llave de Oro del Cante.
Los Museos de Bellas Artes y de Julio Romero de Torres ocupan el antiguo Hospital e iglesia de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo fundado en la época de los Reyes Católicos (1493) y que permaneció activo hasta 1837. La fachada a la plaza del Potro conserva el pórtico inutilizado de entrada a la antigua iglesia del hospital, de estilo gótico humanista. El resto de la fachada con entrada desde la plaza a los museos se construyó en los años 20 del siglo XX con portada neoisabelina de los arquitectos Ricardo Velázquez Bosco y Francisco Javier de Luque. Del antiguo edificio se conserva la capilla, escalera y patio con arcos mudéjares y pinturas murales barrocas. En el año 2010 se llevó a cabo la restauración de la portada y pórtico de entrada a la antigua iglesia del Hospital para reparar los daños provocados por la humedad, el deterioro del material y los daños estructurales producidos al colocar la verja de Velázquez Bosco. Se han recuperado los colores originales y se han sustituido solo las piezas muy deterioradas.
Se accede a los museos a través de una logia o galería de principios del siglo XX y un patio romántico con una fuente de pilar octogonal con surtidor y parterres sombreados por naranjos y presidido por los bustos del escritor Juan Varela, del fundador del museo Rafael Romero Barros (padre de Julio Romero) y una cabeza romana.
Museo de Bellas Artes. Se inició la colección a partir de las obras de arte procedentes de algunos conventos suprimidos por la desamortización de 1835. Estos fondos se reunieron en el Colegio de la Asunción y fueron trasladados al mueso en 1862, año en que llega a Córdoba como conservador Rafael Romero Barros. Ocupan un lugar preferente la pintura de autores cordobeses o que trabajaron en Córdoba: Pablo de Céspedes, Valdés Leal, Antonio del Castillo, Palomino, Juan de Alfaro, Romero Barros, Romero de Torres... En cuanto a la escultura, destaca la sala dedicada a Mateo Inurria. A lo largo de los años la pinacoteca amplió sus fondos mediante depósitos y adquisiciones.
Museo de Julio Romero de Torres. Julio Romero de Torres nació en 1874 en la actual sede del Museo Provincial de Bellas Artes, ya que su padre era el director-fundador del mismo, además de un gran artista y su primer maestro. A la muerte de Julio Romero de Torres, ocurrida el 10 de mayo de 1930, su viuda e hijos donaron al pueblo de Córdoba los lienzos del artista que habían participado en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 para crear un Museo en su memoria. Sus fondos se nutrieron con donaciones y depósitos de particulares y con las obras y mobiliario del pintor en Madrid. Tras una importante reforma de adaptación del edificio, este Museo se inauguró el 23 noviembre de 1931 por el entonces Presidente de la II República Española D. Niceto Alcalá Zamora. En el año 1934, se compra la casa colindante, siendo inaugurado el actual museo en el 24 de mayo de 1936.
Fue remodelado en el año 1992 renovándose parte de las estructuras del museo así como la instalación de sistemas de iluminación y seguridad. De nuevo, tras año y medio de permanecer cerrado por obras de rehabilitación, abre sus puertas en 2012 el modernizado museo mejorando la accesibilidad con un ascensor, ayudas para personas con deficiencias auditivas o de visión y mejorando la iluminación. También ofrece una nueva fórmula expositiva agrupando los cuadros en salas temáticas. El entorno familiar con retratos del pintor y su familia, así como sus carteles publicitarios y los cuadros de su primera época en la plata baja. En el piso superior La Capilla muestra la visión mística del pintor. El origen de lo hondo acoge la interpretación que del flamenco, la guitarra y los artistas hace Julio Romero. En Semblanzas se muestran los retratos, en especial de la mujer cordobesa. En la última sala, La esencia de Córdoba, se exponen los cuadros donde el pintor muestra el cariño por su ciudad, monumentos y tradiciones.
Triunfo de San Rafael. La devoción que Córdoba profesa a San Rafael desde que promete en 1578 al padre Roelas ser el protector de la ciudad se manifiesta en los triunfos, columnas rematadas con la estatua del Arcángel en actitud triunfante. Los triunfos fueron erigidos principalmente a lo largo del siglo XVIII. Este sencillo y precioso triunfo de San Rafael, obra del escultor francés Miguel de Verdiguier de 1722, estuvo situado con anterioridad ante la fachada de la Colegiata de San Hipólito y fue trasladada a esta plaza en 1924. De él dice Ramírez de Arellano en Paseos por Córdoba: "Sobre una basa de piedra blanca con recuadros negros, en que se representaba el hambre, la peste y las tormentas, había tres salientes sosteniendo la Fe, la Devoción y la Perseverancia, estatuas de barro que han caído hechas pedazos a las pedradas de los chicos. Desde aquel punto elévase una gallarda aguja truncada para posar la imagen de San Rafael, también mutilada en gran parte y perdido el oro que la cubría".